Si, mi casa era una especie de refugio antiaéreo con zonas bien delimitadas, nuestra habitación con dos camas (tres hasta que el mayor se largó a los USA) para mi hermano mayor y para mi, una zona intermedia donde estaba la cocina y el baño y el salón donde se atrincheraban nuestros padres. En la zona libre (nuestra habitación) música durante 24 horas al día mediante un glorioso Vieta 1 comprado por mi hermano y heredado por mi pero nunca tuvimos cascos (o quizás si, no lo recuerdo). Lo cierto es que nunca me gustaron los auriculares o cascos para escuchar música, siempre me ha gustado escuchar el recinto y la atmósfera que da el ambiente. Si prestas mucha atención puedes hasta llegar a ver como colisionan las frecuencias bajas (que son de color anaranjado fuego) con las patas de los muebles... Pobres padres, tuvieron que tragarse a los hippies, los punks y a los nueva oleros sin merecérselo, ellos, que eran más de la copla y la zarzuela.

Saludos