Tras recibir un encargo para celebrar el "Bicentennial" de los Estados Unidos, Olivier Messiaen decidió componer un homenaje a los cañones y las aves de Utah, que acabó por estrenarse en Nueva York, en 1974, con el nombre de Des canyons aux étoiles...

Es una composición para piano, trompa, glockenspiel, xilorimba y orquesta, que requiere solamente 43 instrumentistas, con una percusión compleja y colorista. Los efectos tímbricos conseguidos son realmente asombrosos. Es una composición muy lírica, especialmente el último movimiento, Zion Park et la cité céleste: