Impresionante pasacalles de bach, y "Fuga" de Koompan en Tokio, en un descomunal órgano, el viejo maestro de maestros, y uno de los mejores musicologos de la tierra, nos deleita con ese ingenio inaudito del cantor de Dios que nos eleva de la pompa terrenal y nos permite percibir un poco ese poder divino, un poco de esa nube celestial. En el discurren esos dedos y esos pies de uno de los pocos hombres de la tierra que tiene permiso para tocar como es debido esta obra.



Nos dejó Neville Marrinen, también hace poquísimo Nicolas Harnoncourt, pero por suerte aún tenemos divinidades musicales vivas como Koopman con sus 72 años al pie del organo.