Se acaban de cumplir 100 años del estreno (simultáneo en Hamburgo y Colonia) de "Die tote Stadt", una de las óperas de juventud de Erich Korngold, que fue un enorme éxito en los años 20 del pasado siglo, y que ha vivido en el XXI un creciente, y merecido, interés.

Una de las piezas más celebres de la ópera es el llamado monólogo de Pierrot, un aria para barítono del Segundo Acto. El nombre oficial del aria es 'Mein Sehnen, mein Wähnen' (Mis anhelos, mis sueños), y es una pieza preciosa estructurada como un rondo. Es a la vez una melodía dulce, sentimental, pero impregnada de una cierta ironía. Hacía el final, un misterioso coro de ocho sopranos, tal vez la respuesta de la propia ciudad de Brujas, donde transcurre la acción, a Pierrot, nos conduce al clímax de la canción, que termina en un 'zurück' (el pasado) emitido en un casi inaudible pianissimo.