He reconocer que la música de Handel me apasiona y esta obra (junto la que habitualmente le acompaña, la música para los fuegos artificiales) es probablemente la más conocida y grabada de este autor.
Su historia es bastante conocida, encargo para la celebración del final del ciclo parlamentario el 17 de julio de 1717, en una fiesta en nocturna en la villa de Lord Ranelagh en Chelsea,
empleándose las suites con trompas, oboes, fagotes y trompetas para el viaje por el río y la más intima, que utiliza las flautas (alemana y francesa, o travesera y de pico), para la cena, en la que participaron unos cincuenta músicos.
Handel, tras su estancia de 1710-11 en la que compuso y estrenó la ópera Rinaldo, volvió a Londres en 1712 al obtener permiso (“por poco tiempo”) del Elector de Hannover, el duque George de Brunswick-Lüneburg. Estando en Londres la reina Ana lo acoge y él renuncia al puesto de Kapellmeister distanciándose del Elector. Y lo que son las cosas, la reina Ana muere sin sucesor (a pesar de sus dieciocho embarazos y cinco hijos, que habían muerto antes) finalizando el reinado de los estuardos y es George, el protestante más cercano dinásticamente (nieto de James I), quien sube al trono de Inglaterra en 1714 como Jorge I, imagino la cara de su tocayo G.F. Handel **
Por lo anterior se ha planteado (por el primer biógrafo de Handel, Mainwaring) que esta obra sería un desagravio por “su huida” previa de Hannover, lo que no parece probable pues el rey mantuvo el interés por la música de Haendel e incluso lo volvió a nombrar Kapellmeister de Hannover en 1716, acompañándole en su viaje baviera y gozando de los privilegios otorgados por el rey, antes de la fecha de viaje musical por el Támesis.
Los problemas musicológicos parten de la inexistencia del manuscrito de Haendel ni de una primera edición aprobada por el autor, existiendo dudas sobre la exacta composición en el contenido y en el orden de las distintas piezas, de veinte a veinte y dos, que se suelen agrupar en tres suites. La primera edición con el total de las piezas en versión para orquesta no aparece hasta 1788.
Interpretativamente también han surgido dudas sobre si el bajo continuo debería llevar el clave pues es poco probable que estuviese en la primera interpretación (difícilmente se podría oir) y su sustitución por tiorbas o incluso su eliminación. Al igual, la intervención de la cuerda y la proporción de los instrumentos de viento han ido cambiando según la partitura se interpretara al aire libre o en recintos cerrados, como posteriormente fue utilizada, de ahí que las distintas versiones “historicistas” puedan diferir bastante.
Tras algunas versiones en LP (de las que únicamente destacaría la de Hanoncourt de 1978 para Teldec) me he ido haciendo con las versiones que han ido recibiendo las mejores recomendaciones, hasta hace poco. Estas son la dinámica de Gardiner, la equilibrada de Pinnock, la delicada de King y la preciosista de Savall (al pulsar las imagenes se accede a la página donde podéis oir pequeños ejemplo y comparar las versiones, de esa manera *)
Otras versiones destacables que no tengo serían la rápida de Hogwood, la virtuosa de Bernardini, la audiofila de Pearlman en SACD de Telarc, y en este mismo sello también la jazzistica del Loussier Trio
Otras opciones son la ya comentada en otros hilos, la de Mallon , en versión SACD para Naxos, sello que también dispone de la versión de Warchal(con la Capella Istrapolitana cuyos componentes proceden de la Slovak Philharmonic Orchestra, intérpretes de la versión de Hidrator), la versión de Linde y la gigantesca de Niquet con *Le Concert Spirituel (entregada por El País en su colección), con más de 100 intérpretes (24 oboes, los 14 fagotes, las 9 trompetas y *9 trompas )
A nivel *audivisual estarían la de Manze, con The English Concert vestidos de época *, en ella existe la posibilidad de “recorrer” el Támesis dentro de la barca, como si fueses uno de los invitados del Rey Jorge I, con panorámicas de 1717 *(multiangulo) del trayecto desde Whitehall a Chelsea y sonido DTS 5.1 *
y el "Viaje Musical" de Naxos con la antedicha versión de Warchal.
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Con tantísima versión (y las que faltan) no hay excusa para no disfrutar de esta música real.
Saludos *