Yo estoy apuntado a la lista Robinson a la que no hacen ni puto caso.
La llamada más molesta me ha entrado ésta semana de una supuesta comercializadora de Iberdrola dónde me decían que han cambiado de nombre y que tenían que devolverme un dinero y necesitaban mis datos para hacerlo. A la teleoperadora le deben estar doliendo los oidos todavía.