Más que suerte, creo que es una protección de nuestro cerebro contra nuestros propios sentidos para seguir siendo felices y no amargarnos la existencia.

En el lenguaje común, se le conoce como conformismo, y en el más coloquial, pasotismo.

Pasa con todo, se suele bajar nuestro nivel de exigencia de las cosas, con el nivel de nuestros ingresos (los condicionados al dinero) y con el nivel de nuestros recursos (ya no solo económicos) cuando intervienen esos 5 sentidos que antes hablaba.

A poco que converses con la gente, hablando del vino, del jamón o del coche o viajes, cada uno en su discurso realza lo suyo quitándole importancia a lo superior, incluso menospreciándolo.

Esto es muy complejo, ya dejo de filosofar que aburre al personal, pero el tema, da para mucho sobre los comportamientos del ser humano.