Ahora tengo un poco de tiempo para poder agradecer mejor el "apoyo" recibido.
Me ha vuelto a sorprender gratamente la agilidad del foro. Puse el post a las 11 de la mañana de un domingo, y dos horas más tarde había seis post. Tenemos que estar orgullosos, ¿eh?
MODE IRONIC ON
Pero más me ha sorprendido la despiadada avidez, rozando la deshumanización carroñera, con que me han pedido que desmonte uno de mis amados altavoces, y que encima suba abundantes pruebas gráficas de semejante espectáculo cuasi-pornográfico.¡Mis altavoces! ¡Mi tesoro! ¿Es que no podeis enteneder el dolor de un padre? ¿No hay caridad en este mundo?
MODE IRONIC CASI OFF
Los monitores son metálicos de carcasa, y como un tercio del peso corresponde al "radiador", al sistema de evacuación de calor del amplificador (que obliga por ejemplo a no poderlos colocar de lado por la circulación del aire). No he visto planos del interior de los altavoces (no creo que haya).
Esta imagen es el esquema de los altavoces, que se ve mejor que en las fotos publicitarias. Tiene poca definición, pero no he podido subir la foto directa por el formato, y este es el mejor jpeg que salió.
No me atreví a desmontarlo de entrada, hasta ver cuántas hormigas salían del altavoz cuando me lo llevé de la instalación a la mesa de trabajo. Salieron unas cuatro hormigas. Ví como unas 40 o 50 formando un reguero en el apoyo y el mueble, con algo blanco en la boca, antes de echarles en insecticida.
Por las bocas de salida de sonido/aire a media altura frontales no se veía nada, y por detrás las hormigas salían del interruptor de Low Trim. Salieron 4 hormigas cuando desplacé el altavoz.
Creo recordar que el cono blanco de los monitores de estudio de Yamaha anteriores al HSM-80 eran de fibra de coco. Por eso me planteé que si existiría algún elemento "orgánico" en el interior de los altavoces.
La goma espuma de los aislamientos al cabo de muchos años se "desmigaja". No creo que pueda saberse cuando se fabricaron, pero en el peor de los casos no llevan muchos años en el mercado. Y no sé si las hormigas lo utilizarían con la avidez que ví.
Tampoco me pareció que hubiera pistas de un trozo de galleta que mis hijos pequeños hubieran metido por los orificios antes comentados. Supongo que las hormigas hubieran entrado por delante y no por detrás al altavoz.
Volví a probar el altavoz, y continúa funcionando normalmente.
Lo que he decidido hacer, y lamento de entrada no satisfacer a este público tan maravilloso a quien tanto debo y tanto me quiere, es buscar un gel antihormigas y bañar la parte trasera del altavoz.
Eso si, si vuelven las hormigas a "poseer" unos de mis altavoces, entraré en ellos armado de un látigo y ..... COMO HIZO JESÚS CON LOS MERCADERES DEL TEMPLO.... restituiré el orden, y ustedes tendrán pruebas gráficas esas indecentes que tanto me reclaman
Gracias
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