Efectivamente, no tiene nada de eso. Pero, demos la vuelta al razonamiento con algo que, seguramente, todos hemos vivido en épocas pretéritas.
Uno tiene un equipo conformado por un amplificador X, y reproductor de cd Y y unas pantallas de 300 euros. Pone la canción Z del Disco W y suena de un modo determinado. Ahora, va a la tienda y se trae unas pantallas de 3.000 euros, sustituye las antiguas y, con el mismo amplificador, reproductor de cd, disco y canción, al mismo volumen, pone esas pantallas. La diferencia no es sólo notoria, es abismal.
La diferencia no es sólo que, probablemente, las de 3.000 ofrezcan una respuesta más plana y que la otra ofrezca menos linealidad y llegue menos a frecuencias bajas y altas (cosa que, al menos parcialmente, podría compensarse con ecualización), es que el sonido no tiene nada que ver. Repito, el sonido no es sólo la altura de las frecuencias, son muchos otros parámetros, como la imagen no sólo es la calidad del color, la calidad de un coche no sólo viene determinada por la velocidad que es capaz de alcanzar o la de la voz de una soprano por lo alto que puede cantar o la nota más aguda que pueda dar.
Pero, sigamos con el ejemplo. Si eso es así, y creo que estaremos todos de acuerdo, salvo que viva en otro planeta, es porque hay una diferencia física en las pantallas que hace que una ofrezca más calidad que otra. Efectivamente, con ecualización y buen acondicionamiento de sala, podremos hacer que la de 300 euros suene como los ángeles, pero ¿qué ocurre, que la ecualización y el acondicionamiento de sala sólo puede mejorar la calidad de las pantallas malas? ¿a las buenas no les hace nada?. Un poco raro, no?.
Desde un punto de vista lógico, y no creo que hagan falta muchos test para eso, si tienes un material mejor que otro, la aplicación de unos mismos correctores tenderán a producir el mismo efecto o, en todo caso, será más potenciado por aquel material que tiene mejor base de partida.
Vamos, salvo que el sonido se comporte de modo radicalmente opuesto a cómo funciona la física en todos los demás aspectos de la mecánica, la electrónica y la ingeniería, esto siempre es así.
Lo de las pruebas a ciegas es algo que lo primero que tendría que someterse a prueba son.. las propias pruebas. Es un debate interesante pero que, no sé porqué, siempre acaba con la gente embroncada.
Son múltiples los ejemplos que, fuera de la música, demuestran mediante pruebas ciegas que la gente es, bajo parámetros de estadística significativa, incapaz de distinguir un melón de una ciruela, lo cual no quiere decir, en modo alguno que una ciruela y un melón sean iguales.
REcuerdo un text en el cual se sometía a expertos someliers a distinguir entre vinos. Efectivamente, distinguían, pero su nivel de discriminación era infinitamente inferior al que se suponía y, desde luego, a partir de vinos de 7 euros, aunque pudieran establecer la diferencia entre unos y otros eran incapaces de acertar significativamente cual era el más caro y cual menos.
No te digo si a un grupo de gente le pasas un anillo de oro, por ejemplo, y una imitación bien trabajada en cualquier material barato (mismo peso, mismo brillo, mismo tacto).
Los falsificadores lo saben bien, te pueden hacer pasar por buenos, sellos, billetes, monedas o cuadros sin que incluso personas expertas puedan darse cuenta.
Me imagino otra prueba. Te vendan los ojos y te meten en un coche donde los asientos los han puesto exactamente iguales a los de otro con el que se va a hacer la prueba. Te ponen en el lector de cd el ruido de un motor para que en ambos lo único que se escuche sea el mismo sonido y en ambos te ponen a circular a 120 km/hora. Tienes que distinguir cual es el Porsche y cual el Opel. ¿Cuántos crees que lo adivinarían?.
Todo eso está muy bien, pero lo cierto es que ni el plomo es oro, ni un Opel es un Prosche, ni una falsificación es un cuadro de Velazquez.
Yo, que conste, respeto ambas posturas. Entiendo que haya quien piense que es ridículo colgar una reproducción falsa en la pared intentando creerte que tienes una obra maestra auténtica, como también entiendo quien piense que lo ridículo es pagar una millonada por algo que es prácticamente lo mismo que lo que a ti te ha costado 20 euros.
En definitiva, lo único que intento decir es que esto no es diferente a casi cualquier otra faceta de la vida donde se juega a eso mismo. Hay quien piensa que un gato, disfrazado con melena de león, dientes de león y garras de león sigue siendo un gato y hay quien puede verlo y salir corriendo como si fuera un león auténtico.
Lo cierto es que las cosas nunca son exactamente iguales y todo depende del valor que cada cual quiera dar a esas diferencias. Unas diferencias que, como en el caso de los altavoces, particularmente, creo que no son en modo alguno insignificantes y que en otro tipo de aparatos (amplis o reproductores) son muy inferiores pero existentes en cualquier caso.