Lamentablemente el mundo de la logística ha pegado un gran bajón (salvo contadas excepciones), en una gran mayoría los repartidores son autónomos (me río de la ley del falso autónomo) y mal pagados y cuando juntas estas dos premisas tienes un mal servicio. Lo mismo que estamos viendo en la hostelería ocurre aquí, al final contratas a quién no tiene muchas más salidas, tras pagar los gastos mínimos mensuales les queda lo justo para ir tirando y el mes que tienen una avería, que es muy frecuente porque los vehículos están como están, te dejan tirado. Las empresas de transporte/mensajería grandes subcontratan a estas empresas pequeñas porque ellos mismos no encuentran mensajeros, así le pasan la patata a un tercero y que se busque él la vida llegado el caso, pero quién paga todo el pato es el cliente final, nosotros.

Y con todo esto llegamos al punto de siempre, queremos productos a buen precio y eso obliga al mayorista a reducir su margen o pagar menos por los portes y cuando aparece Amazon vemos el cielo abierto, pero tiene sus consecuencias produciendo un efecto arrastre.