Es un placer compartir hobby con personas que también lo tienen como una pasión... las gracias a ti, Antonio.
La verdad es que las Gold100 esas.... pufff.... me tuve que acercar varias veces al pedazo de sub, porque no me creía que estuviera apagado. Con las Gold50 también me llevé muy buena impresión en bajos, pero estas es que NO necesitan sub, directamente, sin más. No lo necesitan. Tienes que ser un basshead de discoteca para pedir un sub con estas cajas, y ni aún así, a prueba ciega, te digo que lo tienes puesto y no te crees que esté apagado. Es increíble lo bajo que llegan y lo bien que lo hacen. En música estéreo, desde luego, creo que son más que suficientes para una sala hasta los 30-35m2 y en cine se integran a la perfección con el sub, pudiendo bajar tanto.
En medios y en agudos me parecieron un poco menos cristalinas que las Gold50 y menos brillantes arriba, pero esto seguro que fue por la falta de ecualización específica (el tweeter es el mismo, hasta donde recuerdo) y también, quizá un poco, por la mayor presencia de los graves.
Hay que ecualizar un poco la sala con los últimos cambios, eso es sí o sí, porque se nota que se puede afinar aun más... pero la impresión inicial es de escándalo. Quien quiera unas buenas cajas de estantería, sin pagar el peaje de las torres, para tener unos buenos graves y un sonido más redondo en todo el espectro... sólo tendrá el inconveniente de la pasta que cuestan, pero en sonido, no tendrá ninguna queja.
El Arcam las mueve perfectamente, y lo digo con seguridad, porque las llevamos, en cine, hasta los 100dB en punto de escucha (medido con sonómetro)... una pasada, que sólo se puede aguantar unos segundos, para hacer pruebas (yo, personalmente, no soy de escuchar el cine a esos niveles). No recuerdo bien el punto de volumen del Arcam, pero... ¿70-74-76, Antonio?... una burrada.... y en ningún momento hubo alguna pieza del equipo que se desmarcara o diera una mala nota.
Lo mejor del conjunto es que a volúmenes muy inferiores todo seguía entregando muy buena calidad y detalle incluso abajo (las Gold100 esas son la caña), con lo que no era necesario ponerlo al borde del ataque cardiaco (mi corazón quería llevar un ritmo y el SVS se empeñaba en moverme el pecho a otro distinto).
Lo dicho, un placer, siempre y espero que podamos seguir disfrutando de la afición mucho tiempo!