Aunque no me gusta comentar estas cosas en este subforo. La calibración de un AVR soluciona exclusivamente tres aspectos: respuesta en frecuencia, fase acústica y normalizar niveles. De estas tres, para música estéreo solo sería aplicable la primera, respuesta en frecuencia (ni fase acústica ni normalizar niveles al ser solo dos canales de un estéreo).
El resto que no es poco para una óptima reproducción sonora (escena sonora, ruido de fondo, respuesta temporal), nada hace la calibración en sí, debe hacerse por otros medios y con otras herramientas.
Sin restar importancia a la ecualización, con un integrado de nivel conseguimos mayor control y entrega de corriente, que se traduce en mejor dinámica y transitorios, por el contrario perdemos la ecualización (sobre todo importante en el extremo bajo por la interacción con la sala). Si tienes correctamente ubicados los altavoces, acondicionada la sala, punto de escucha bien situado, bien anguladas las cajas (toe-in), etc, normalmente suena mejor un buen integrado porque partes de una respuesta en frecuencia en interacción con la sala "menos mala" (lo que corriges al ecualizar, aunque esta sea más precisa lógicamente) pero la mejora en dinámica es también notable. En cine, aparte de la limitada fuente de los AVR, necesitas la corrección de fase y niveles; hay más margen de mejora respecto al estéreo con una calibración.
He aplicado corrección pasiva en bastantes equipos y por mi experiencia, consigues muy buenos resultados en estéreo solo con ello, mientras que en cine, la calibración aporta mejora más evidente.
Saludos.



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