Se han comentado cosas muy interesantes en este hilo, y con mucho respeto, que siempre es de agradecer.
Yo soy de los que les gusta conocer la realidad objetiva (si es que existe ), pero entiendo y acepto todas las posturas. En su día tuve componentes en los que hoy no gastaría más que lo mínimo necesario. ¿Disfruté de ellos? Muchísimo, y eso es lo que cuenta al final, ¿no? Lo que pasa que cada uno sigue su camino en esto del audio, y en ese sentido no creo que ninguno sea equivocado si a uno le satisface.

Pero eso no quiere decir que no se pueda debatir y aportar experiencias y opiniones, pues ayuda a otros a dirigirse en ese camino personal, igual que leer las de otros nos ayuda en el nuestro.

Volviendo a los codecs, el audio de alta definición y las experiencias personales. En mi opinión el contenedor no aporta nada a un contenido muy por encima de nuestra capacidad auditiva. El ejemplo que se ha puesto más arriba sobre la edición de lujo de un libro respecto a la de tapa blanda económica me parece acertadísima, la experiencia de lectura es la misma en su contenido. Los codecs de compresión, una herramienta que considero una joya tecnológica, permiten además arrojar algo de luz sobre la "necesidad" de un formato de mayor definición. No es que un CD comprimido a bajo bitrate con un buen codec suene igual o cueste distinguirlo (según prefieras), es que si comprimes un archivo de alta definición en las mismas condiciones pasa lo mismo. Es decir, un archivo con unas 30(!) veces menos información (unos 6.000kbps de un archivo HiRes a 192Mhz/24bits frente a los 192kbps de un Opus o un Ogg) suena igual o cuesta distinguirlo. Da que pensar, ¿no? Si no lo has probado, con Foobar puedes hacerlo fácilmente, usa el codec Opus 1.3 e intenta adivinar cuál está sonando alternando ambos archivos.

Claro que la alta resolución es el camino que se va a seguir, esto es un negocio, y como en todos hay que hacer parecer a todo lo anterior como obsoleto, aunque no lo esté.