Yo en su día entendí (y comprobé) que ciertos elementos del audio estaban sobre valorados (dígase cables, soportes o electrónicas, etc...) pero me quedé con tres condiciones que eran inamovibles:
grabación, sala y altavoces.
Nunca supe cómo ordenar estas tres en importancia. Ya que por mucha sala y altavoces, si la grabación es mala, todo será malo. Lo mismo, por mucha grabación y altavoces buenos, si la sala es mala el sonido será también malo. Y por último, si la grabación y la sala son buenas, con unos altavoces malos el sonido seguirá siendo malo. Y ahora me centro en estos tres elementos por separado:
-Grabación: Entiendo que aquí no podemos influir nada sobre ésta (salvo que tengamos un estudio de remasterización y demás). Según nos llegue dicha grabación así tendremos que hacerla "sonar".
-Sala: Aquí sí podemos influir directamente sobre ésta (olvidemos factores
WAT y demás escollos, hablamos en términos generales). Una sala mala podemos acondicionarla perfectamente hasta hacerla buena o incluso muy buena. Añadimos absorbentes, difusores, trampas, ubicaciones diferentes de los parlantes, etc...
-Altavoces: Pensé (y pienso por las limitaciones de mis conocimientos quizá) que aunque pongamos EQ avanzadas como usuarios avanzados hacéis, la calidad de los transductores, recintos, tecnologías (tweeters de cinta, berilio, etc, diámetro de los midwoofer y woofers, respuestas en frecuencia, filtros divisores, calidad de los recintos, etc...) deben influir en la calidad final del sonido, insisto, EQ avanzadas aparte.
También soy consciente que llegados a cierto nivel de calidad, el subir un poco más en la calidad de los altavoces, y todos sus elementos antes mencionados, la relación calidad/precio se dispara y comienzan a convertirse en una burla. Por supuesto, no voy a cerrarme en todo esto y me encantaría comprobar por mí mismo alguna de esas pruebas que comentas y tener la experiencia por mí mismo. Aunque, insisto, la calidad en los altavoces creo que está ahí y eso es inamovible también.