Así, en lo que se refiere al empleo de argumentaciones pretendidamente objetivas
que describen las cualidades o ventajas del producto, o su composición, la
diferencia entre los dos géneros supera los 28 puntos: casi el 50% de los
hombres los emplea, frente al 21,3% de las mujeres (véase la tabla 8).
[..]
De los 379 personajes que emplean argumentos clasificados como indirectos,
el 43% son masculinos y el 67,7 % femeninos, con lo cual la diferencia
alcanza de nuevo la veintena (23 puntos), sólo que ahora, como acabamos de ver,
el porcentaje más elevado corresponde a las mujeres.
En síntesis,
los hombres aparecen como personas que recurren más habitualmente a la
argumentación racional para invitar a la compra, mientras las mujeres tienen
preferencia por argumentos subjetivos, indirectos o simplemente no argumentan.