Eres un sol.
Sip, cerca me quedará. No lo había visto desde esa perspectiva. Por cierto que al ver el árido paisaje que lo rodea me he acordado de Unamuno, quien en su escueto pero fértil exilio en Fuerteventura por mor de Primo de Rivera, allá por 1924, llegó a escribir en sus primeros días, plenos de amargura, refiriéndose a esa isla tan querida para mi que era "la tierra de las flores sin olor y los frutos sin sabor, de las mujeres sin pudor y los hombres sin honor". Meses más tarde montaba en camello, comía gofio y se preñó de esa nostalgia que sólo la mar contagia y que jamás le abandonaría. Quizá la mejor venganza que la isla pudo darle ante tamaño desprecio.
No extraña su amor casi filial por la isla. Después de todo, él mismo era el fruto de un matrimonio casi incestuoso entre tio y sobrina carnal, irónicamente de nombre Salomé. Una madre con ese nombre para el hombre al que tantas veces pidieron su cabeza.
Saludos