Far Cry 2 no será un antes y un después, pero desde luego introduce una cantidad enorme de nuevos elementos en la fórmula FPS como para considerarlo uno de los shooters más innovadores de los últimos años.
En primer lugar el mencionado look enteramente en primera persona nos ha parecido realmente acertado. Es algo que no habíamos visto hasta ahora en este calibre, y se nos antoja una decisión de diseño formidable. Todo ello contribuye a crear una ambientación sensacional, un logro a la hora de hacernos olvidar que estamos ante un videojuego.
Por otra parte el tratamiento de las heridas y su curación es otro aspecto brillante, y especialmente agradecido es el tratamiento de la malaria, un eterno y amenazador enemigo con el que tendremos que lidiar durante buena parte de la campaña, siendo una espada de Damocles que pende constantemente sobre nuestra cabeza.
Otro elemento impactante en primera instancia es el fuego, uno de los grandes reclamos desde el inicio de la producción de Far Cry 2. Su acabado visual es muy bueno, pero donde realmente triunfa este feroz destructor de la naturaleza es en su faceta táctica. Usarlo a nuestro favor para crear barreras entre el enemigo y nosotros, para aislar a los rivales o, simplemente, para prenderles y acabar con ellos es una experiencia revitalizadora para el género.
Sin embargo es el multijugador y su editor de mapas la parte fundamental del videojuego en el campo del ingenio y la creatividad, y es que será el elemento que dispare la vida útil del título. Far Cry Instincts Predator en Xbox 360 ya fue uno de los primeros shooters de consola en ofrecer un editor competente, pero el salto con esta nueva entrega es sencillamente impresionante.
Y, siguiendo con la valoración numérica, si Far Cry 2 es esa extraordinaria perla de acción y posibilidades, ¿por qué “sólo” tiene un 9 en Jugabilidad? Hemos encontrado un par de peros razonablemente serios que empañan ligeramente el apartado general, y que impiden al título lograr el inmaculado 10 en ese apartado al que parecía estar destinado.
El primero es el de la cierta desertización de los escenarios. En ocasiones los viajes desde el punto A al punto B adolecen de una cierta apatía, y ésta está fundamentalmente relacionada con lo despoblado por parte del enemigo de los caminos que transcurren por la selva. Quizá más animales hubieran venido bien –puede que incluso las criaturas depredadoras que Ubisoft ha prometido para un futuro parche-, pero desde luego los dispersos Puestos de Guardia del enemigo y las ocasionales patrullas en jeep que salpican el escenario se nos antojan algo escasos.
La IA es nuestra segunda objeción, y aquí si debemos darle la importancia que se merece. En cualquiera de los cuatro niveles de dificultad –Fácil, Normal, Extremo e Imposible- la inteligencia artificial del enemigo es francamente mejorable. Es fácil darse cuenta de estos problemas con sólo hacer frente a cualquier reducto de enemigos. En primer lugar porque rodearles y atacarles con sigilo es increíblemente sencillo dados sus problemas de ceguera. Entendemos que es complicado valorar la visibilidad del enemigo cuando todo el escenario está compuesto por frondosa vegetación, sin embargo se nos antoja que los oponentes son, cuanto menos, cortos de miras.
Por otro lado también se ven algunos handicaps de programación de alto calibre en este campo. Con el fragor de un tiroteo muchos de ellos se pasarán por alto, pero será inevitable no darse cuenta de que esporádicamente algunos rivales permanecen estáticos, en pie, esperando un disparo nuestro que los abata. No pasa a menudo, pero cuando sucede es increíblemente anticlimático, especialmente teniendo en cuenta el triunfo en la inmersión que es el resto del título.
La última parte de los comportamientos de los NPC enemigos con la que no estamos de acuerdo es la de su severo respawning. Será habitual que limpiemos un Puesto de Guardia de rivales, y que cuando volvamos a pasar por ahí a los pocos minutos éste esté de nuevo poblado con una patrulla. Es irreal, y también resulta frustrante.
Aparte de estos dos puntos oscuros muy poco que objetar a la robusta jugabilidad de Far Cry 2. Un firme candidato junto a Crysis Warhead al título de mejor shooter en primera persona de este año.