Conclusión
Al fin, al fin Lionhead y su cabeza más visible, Peter Molyneux, pueden sentirse orgullosos de haber rubricado un producto tan cerrado y espléndido como divertido y carismático. No existe en la industria una experiencia que toque con tanto mimo y habilidad palos como la sencillez más absoluta en los combates y la variedad, humorística y dramática, de misiones y posibilidades de personalización.
Guste o no, Fable es una fórmula única que permite que jugadores habituales y curtidos sonrían, rían y se inmiscuyan en una fantástica ambientación que también atrapará a gente para los que quizá Fable III sea su primer juego. Ahí está la clave y en absoluto es un detalle negativo, todo lo contrario, es toda una muestra de cuidado diseño jugable que se alargará, como mínimo, más allá de las 20 horas. A nosotros, sin profundizar en la cantidad de misiones de búsqueda, coleccionismo o exploración, nos ha durado 27 horas, habiéndonos quedado a menos de la mitad de lo muchísimo que hay por conseguir y descubrir.
El dramatismo del juego y la relevancia de las decisiones, que nos harán dudar de nuestro principios o incluso ponernos en graves situaciones de moralidad, tiene en Fable III la mejor muestra del concepto de “ser Dios” que siempre ha intentado trasladar a sus videojuegos Molyneux y Lionhead. Aún a costa de que el combate sea excesivamente sencillo, o de que morirse sea prácticamente anecdótico, el juego no da tregua sea con su historia, sus misiones, su humor, la interactividad social o ser un absoluto especulador.
Nos toca empezar la revolución del reino de Fable III. Toda una lucha de poderes que tarda en arrancar y a la que sus primeras horas de juego no le hacen justicia, ya que se limita la interacción y las posibilidades para que el jugador se dedique a avanzar en la historia y no a perderse en las múltiples posibilidades. El añadido del refugio, a través del gran Jasper (doblado por un gran Carlos Latre, que sólo es una voz más dentro del fantástico doblaje de Fable III) da un nuevo aire a la experiencia, eliminando casi cualquier tipo de menú o apartado que abstraiga al jugador del mundo de Albion. Así es Fable III, un bello cuento dramático, un producto único y sin duda alguna la mejor producción de Lionhead. Las etiquetas no hacen ninguna justicia a Fable III, pues no es ni un juego de rol, ni un juego de “ser Dios”, ni una aventura. El lienzo de Fable III absorbe un poco de todos estos apartados, más la artística pintura y el carisma y presencia de sus personajes y misiones que Lionhead le ha sabido insuflar con un excelente pincel.
Lo mejor: La fantástica y espléndida intro. La historia, su dramatismo y algunas de las decisiones a tomar. El fantástico humor y surrealismo que respira todo el título. El añadido del “Refugio” ahonda en una experiencia inmersiva sin trabas ni barreras. El gran y soberbio trabajo de doblaje. Es un título único apto para jugadores habituales y no tan habituales. La fantástica ambientación, se respira un diseño y acabado gráfico excelente.
Lo peor: Obtener la amistad o amor de los civiles resulta un tanto pesado. Que si no le dais tiempo y pasáis las cuatro primeras horas de juego os vais a perder un título fantástico. El final, de nuevo, es algo atropellado.
Historia: 9
Jugabilidad: 9,5
Multijugador: --
Gráficos: 9
Música/Sonido: 9
Edición Española: 10
9'5