Como autónomo y empresario que está luchando con ahínco para conseguir la segunda quiebra en 30 años te doy toda la razón. Es una experiencia inenarrable; Sexo, violencia, mujeres exóticas envueltas en cuero, espuma de champán… hay que vivirlo para creerlo.
Lo cierto es que el término autónomo es tan eficaz para identificar a un individuo como el de peatón. Todos tienen piernas y suelen llevar ropa, pero más allá de esto pocos elementos más puedes compartir. Es casi tan mala como la de Pyme, que incluye al que vende barquillos en el retiro como a la empresa que fábrica láser de alta precisión para la industria cosmética…
Saludos