Un error de medicación, que no médico, ha de considerarse como un error del sistema.

Los hospitales y otros centros sanitarios deben detectarlos y realizar una evaluación profunda para averiguar dónde ha estado el fallo que lo ha permitido.

Obviamente, podrá concluirse que un descuido, fatal, por falta de atención a las normas de administración o por falta de conocimiento de la técnica pueda ser la causa, pero para ello habrá que conocer todas las circunstancias y eso es algo que aún no sabemos.

Por tanto es sospechosamente apresurado el enjuiciamiento y sentencia sobre la enfermera, con aparición de distintos actores de sistema que parecen más preocupado por su parcela que por encontrar el fallo de sistema de aseguramiento que debería haberlo impedido.