melo, lo que planteas no me parece tan extraño: ¿cómo perdió el ejército napoleónico la guerra en España?

y por otra parte, nos pierde el cine: eso de los espías y de los infiltrados y demás no debe ser tan aparente como lo vemos en las pelis. Aquí pasa como con hacienda: os vais a enterar, que vamos a inspeccionar a todo dios y vamos a meter puros y a acabar con el fraude y.., dice el ministro de turno, y por detrás, los dos inspectores en activo se descojonan de la risa. Ahora, que impresionar, impresionan, eh.

claro que también cabe la posibilidad de que se permita cierto desconcierto (viva el eufemismo) de baja intensidad, todo por hacer necesaria la ocupación

propicios