No cabe duda que todos tenemos nuestra parte de razón. Yo, sinceramente, veo la solución del problema compliada. Demasiados intereses como para cargarse de un plumazo toda la porquería que habita en la caja tonta. Parece como si al eliminar todo eso, se cohartade en cierta manera la libertad de expresión. Queramos o no, no deja de de ser eso, en su faceta mas triste y deplorable, pero libertad de expresión al fin y al cabo. Yo por mi parte, al igual que nuestro entrañable amigo Matías, procuro leer, escuchar mucha música, ir al cine y contemplar el cielo en un día raso y estrellado siempre que puedo. Ver la tele, pues mas bien la veo poco poco poco. El telediario y cada vez menos porque me deprime tanta tristeza concentrada en imagenes. Ayer llegué de un pueblecito de Burgos que se llama Cadiñanos y os puedo asegurar que es un reducto en plena naturaleza que no cambiaría por nada en este mundo.
Venga que ya me he enrollado demasiado

un saludo a todos