• El diario 'France Soir' reproduce las caricaturas de Alá que han irritado a los países árabes
• El director del rotativo, destituido
DIEGO RODRÍGUEZ
PARÍS
En Francia, la polémica está servida. Apenas sobrepuestos de la ola de disturbios callejeros del pasado otoño, en la que al fenómeno social se añadió el fenómeno religioso, un nuevo episodio ha levantado ya algunas llagas en las distintas instancias musulmanas del país.
El diario France Soir decidió ayer reproducir las 12 controvertidas caricaturas de Mahoma que publicó en septiembre el rotativo danés Jyllands-Posten. Otros periódicos europeos publicaron ayer algunas de las ilustraciones polémicas, pero el rotativo francés fue el único que las difundió en su totalidad. Las consecuencias fueron inmediatas: el propietario del diario, el empresario franco-egipcio Raymond Lakah, anunció la destitución del director, Jacques Lefranc.
Desmarque del Gobierno
Ejercicio de libertad de expresión o de provocación. Tras ambos argumentos se están escudando aquellos que optan por defender o censurar la publicación de estas imá-
genes de Alá, prohibidas categóricamente por el Corán. Para Lakah es sin duda una provocación. "Presentamos nuestras disculpas a la comunidad musulmana y a todas las personas que se hayan sentido ofendidas o indignadas por esta publicación", afirmó anoche en un comunicado al anunciar la destitución de Lefranc. El Gobierno de Marruecos prohibió la venta de France Soir en todo el país.
Si por algo se caracteriza Francia es por ser adalid de no pocas causas y entre ellas la preservación y salvaguardia de los derechos y las libertades fundamentales del hombre. Y aunque cabe pensar que la decisión de France Soir haya podido suscitar algún que otro resquemor en el seno del Gobierno --que quizá hubiera preferido ahorrarse explicaciones--, el Ministerio de Exteriores capeó ayer el asunto endosando toda responsabilidad al diario. Sin olvidarse de recordar, eso sí, que "el principio de libertad de prensa, que las autoridades francesas promueven por todo el mundo, no puede, en modo alguno, ser cuestionado", aunque añadió que "ha de ejercerse en un espíritu de tolerancia y de respeto de las creencias y religiones".
Todos los dioses
"Jamás pediremos disculpas por ser libres para hablar, pensar y creer", escribió ayer el periódico, que reivindicó en portada el derecho a caricaturizar a todo tipo de dioses. Y más aún se entiende, en un país laico, en el cual, en nombre de dicha laicidad, se han librado no pocos combates, como tener que legislar sobre el uso del velo islámico en un territorio en el que residen aproximadamente cinco millones de musulmanes.
De modo que las caricaturas del profeta Mahoma no ha hecho sino atizar aún más los ánimos, todavía encendidos, de la comunidad musulmana, cuya sensibilidad está a flor de piel. "Es algo odioso y lo desaprobamos totalmente. Es una verdadera provocación a los millones de musulmanes que viven en Francia", denunció ayer el presidente del Consejo Francés del Culto Musulmán, Daniel Boubakeur, al que se sumaron las voces de representantes de otras instituciones islámicas.
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