Parece que es lo que fomentan los políticos independentistas que no están en prisión, la política de la amenaza y "tomar las calles", es decir el uso de la fuerza en un vano intento de torcer el estado derecho.
Todos somos conscientes que dicha estrategia no va a funcionar en absoluto y que además será contraproducente pero si lo leemos en clave política veremos que tiene su razón de ser: si hay nuevamente elecciones y no "agitan el avispero" para satisfacer a sus votantes mas radicales, es muy probable que se queden "a verlas venir". Es decir protegen su "plato de lentejas", porque, no nos equivoquemos, todo lo demás les es indiferente.