cuatro: donde se reflexiona sobre las consecuencias de los hechos
y los hechos, ya se ha dicho, constatan que las broncas acechan y prosiguen mientras el género opuesto escasea: ¿podemos permitirnos seguir manteniendo semejante situación?, ¿es posible alargarla indefinidamente?, ¿basta con amputar los derrames verbales?, y ese caso ¿pretendemos hacer de forodvd un albergue montaraz, al estilo batzoki amerendador, donde sólo hombres panzudos acudan a peerse, vociferar y a jactarse del tamaño de sus transductores y de la intensidad de su omhnios?; creemos que no, es más, creemos que tanto tiempo jodiendo los bajos y tan poco fornicando los agudos sólo puede deberse a una causa: la virilidad, por mucho que nos pese, excede los niveles de tolerancia, un poco al estilo adolescente, y pues excede y rebosa donde no conviene, es preciso encauzarla y verterla con rigor y método
¿pero cuál ha de ser la solución?: sin duda el desahogo: expresiones del tipo "acalámbrame la rabadilla con el trafo", "lamedor de bálanos en continua", "ese proyector es una cagada masona y a ti te han timado como a un mamonazo tudesco con el culo en pompa", o también y más común "ensánchame los esfínteres con el desentrelazador de las pelotas" han empezado ya a ser demasiado habituales como para pretender que su erradicación pase por el baneo inmediato y terminal del responsable, quien, las más de las veces, urgido por el ardor dialéctico, nos da lo mejor de sí mismo sin reparar en gastos, con una creatividad digna de los mejores
¿qué hacer, pues? ¿es asumible perder a foreros virtuosos por un quítame allá un “get your finger in my ass” bilingüe y desabrido? ¿cabe como arreglo la inclusión de una tal evaneadora como ingenuamente propone el vetusto profe don matías, de profesión guardia urbano? ¿podrá esa turgente moza reconducir los instintos seminales y venéreos de los más porfiados foreros, justamente ésos para los que el timbre de una válvula es un trasunto del honor o de la vida, o esos otros, tan concienciados, tan ariscos, para quienes un principio político se equivale hoy a una entrepierna de antaño?
diríamos más: ¿qué certeza de imparcialidad tenemos sobre la tal eva? ¿no es más cierto que don matías y evaneadora han yacido reiteradas veces con aprovechamiento y deleite en la trasera del coche patrulla? ¿no es más cierto que el deleite ha sido múltiple por cuanto ella declara haber sufrido de dos a tres transportes o desfallecimientos ilegítimos por sesión? ¿podemos fiarnos?
no, no y no, y como el clásico, aún diríamos más: no, de ninguna manera: esta es una de esas distorsiones o interferencias cuya erradicación debe provenir de un riguroso análisis, de un cuidadoso razonamiento y de un meticuloso diagnóstico: en ningún caso la mentada erradicación pasa por estos parcheos ocasionales ni por poner en la calle al infractor; antes bien, debe someterse a una dolorosa pero impostergable pregunta, ¿por qué?, ¿por qué esa clase de conductas que niegan y echan por tierra los ingenuos postulados rousonianos sobre la bondad innata del individuo, precisamente aquí, donde todo el mundo nace por primera vez ante el otro?, pero sobre todo ¿por qué considerar nocivas esas conductas cuando, en realidad, son ellas las que suben la temperatura del foro, atraen a los visitantes, espantan a los timoratos y aguzan el ingenio de sus responsables?
¿queremos acaso un lugar afable, uno de esos sitios donde los modales finos llegan a estragar el buen sentido y la creatividad? ¿es preciso recordar el destello de ingenio con que wells impregnó el guión de el tercer hombre cuando sugirió aquel memorable diálogo “italia, mil años de crímenes, conjuras y veneno, y de repente, el renacimiento; suiza, ocho siglos de paz y democracia, y como consecuencia, el reloj de cuco”?; así pues, ¿es que vamos a terminar chupándonos las pollas al más empalagoso estilo decimonónico recitativo, intercambiado mejunjes del tipo “estimado forero fulano, acaso me equivoque haciéndote notar un improbable error en tu anterior mensaje, donde dices que dos y una son siete, lo cual te comento sin otro ánimo que el del mutuo enriquecimiento intelectual, y siempre abierto, cómo no, a nuevas y reveladoras posibilidades; abrazitos”, a lo que el forero fulano replicará con un “amable forero zutano, tu acertada nota confiándome tus aperturas y advirtiéndome sobre la calidad de mis adiciones me ha hecho replantearme la ubicación del punto dulce, de manera que, en adelante, he resuelto poner bufanda a mis trafos por ver de aplacar esa tos incipiente con que me saludan por la mañana; besetes”?; ¿queremos eso, queremos que un ilusionado forero perengano se introduzca en el foro y lea esa clase de mamandurrias? ¿qué camino puede tomar el ilusionado forero perengano si no es el de liarse la manta a la cabeza y ponerse a dar por el culo a la americana, en fase indistinta, sin pararse a distinguir, sin tasa ni beneficio, sin conocimiento, sin aprovechamiento?
señores, el exceso de leyes crea al delincuente, y es entonces que nos hemos puesto a pensar, de modo que tras reflexionar largamente al respecto, sopesando los pros y los contras del asunto, hemos llegado a la conclusión de que lo que aquí se precisa es la mentada sala de reparto de hostias discretas o al transeúnte, si lo que se prefiere es un título largo, o también sala de pifostios, si lo que interesa es un título corto
concretemos pues: de cómo ha de ser la sala, de las normas que la guíen y de los antecedentes que la avalen hemos de hablar en los próximos epígrafes
propicios