No tengo tan claro esto que dices: si creáramos una escala pornográfico-inmoral sobre espectáculos taurinos, las corridas de toros podrían tener algunos atenuantes, como lo son el hecho de desarrollarse en un recinto cerrado con entrada, el estar prohibido el acceso a menores de 14 años, el tener como objetivo la obra artística (aunque es cierto que no reconocida por todos) o tener ciertas reglas que impiden o al menos limitan el sadismo con el animal. Lo de "la tradición" no lo considero como atenuante en ningún caso.
Me parecen casos mucho más graves, por ejemplo, los festejos de Alhaurín el Grande, donde mataron una vaquilla a patadas, o el Toro de la Vega, perseguido y torturado por todos los vecinos a caballo.
Incluso a los toros embolados no les encuentro los atenuantes que sí podrían tener las corridas de toros, ayer mismo decía Almudena Grandes, aficionada y contraria a la prohibición: "Cualquiera que no tenga la capacidad de emocionarse en una corrida de toros lo que ve es la tortura de un animal, y yo eso lo entiendo".
Claro, a eso yo le contestaría que tanta emoción que sienten no les deja ver la evidente tortura... o lo que es peor, la desprecian como un "efecto colateral" del espectáculo, lo mismo que ocurría hace 2000 años con los gladiadores.