El sesgo de confirmación es la tendencia de una persona a favorecer la información que confirma sus preferencias, ideas o hipótesis.

En mi opinión, si alguien ha visto en el debate algo que no sea simplemente una puesta en escena y reiteración de las mismas historias que llevan circulando toda la campaña, es probable que se deba al sesgo de confirmación. Mi impresión es que el número de indecisos antes, y después, del debate debe ser prácticamente el mismo.

Como era de esperar, PP y Ciudadanos hicieron el debate como si VOX no existiera, mientras el señor Sánchez lo mencionaba a la menor oportunidad. Por contra, el señor Rivera seguía con su habitual táctica de envolverse en la bandera española, y anunciar la llegada del fin de los tiempos de mano de los independentistas catalanes, aliados con el PSOE y Podemos. El señor Iglesias iba con el piloto automático, venía a hablar de su libro y el resto no le impactaba. El señor Sánchez, no sé si de forma premeditada, o que simplemente salió así, fue de menos a más, y acabó con un minuto de oro bastante sólido. El señor Casado hizo un esfuerzo claro en ser más moderado que en sus mitines, y lo consiguió durante gran parte del debate.

Pero vamos, mi impresión es que el debate no va a cambiar nada de lo que hubiera pasado, si no se hubiera producido. Veremos mañana.