Intenso y riguroso análisis. A fin de cuentas el papel del Rey Juan Carlos solo fue fundamental en traer la democracia a España y abortar un golpe de estado. Cierto que durante su infame reinado este país ha tenido un crecimiento económico sin parangón en los últimos siglos, una mejora de las libertades individuales impresionante y una paz social que ha permitido unos niveles de desarrollo impensables. La imagen internacional también ha sido víctima de su pésima gestión, pasando de ser los paletos de Europa a gozar de una consideración envidiable.
Menos mal que vinieron los nuevos partidos a explicarnos las verdades del régimen del 78 y desenmascarar a esa banda de corruptos, indigentes mentales e ineptos que fueron el PC, el PSOE, la derecha, los sindicatos y los agentes sociales de diverso pelaje que respaldaron la transición. Estas nuevas mentes preclaras nos instruyen de que lo mejor hubiera sido no aceptar ninguna negociación ni componenda y liarse a tiros con todos, pasar a cuchillo a los vestigios del viejo régimen y declarar a las bravas una república de izquierdas. Esto está fomentado por formaciones cuyas aportaciones estelares a nuestra sociedad son el escrache, los nacionalismos más provinciales, los golpes de estado y la glorificación de los terroristas, donde su modelo de sociedad es la Venezuela chavista o la fabulosa segunda república.
La funesta aportación del nuestro emérito a España me recuerda a esta escena de “La vida de Brian”
¿Clase de persona?, ¿mal ciudadano?, ¿penoso marido?... esto parece más bien de la crónica rosa o de la hoja parroquial. Quizás deberías de plantearte si prefieres tener a bellísimas personas incompetentes a los mandos o gente llena de defectos y pecados pero competentes en sus funciones institucionales. ¿Quién sabe?, a lo mejor los que han gestionado esta pandemia que nos ha llevado a unas cifras de muertos y degradación económica récord mundiales son unos excelentes padres de familia, ciudadanos ejemplares y más buenos que un quesito, además de unos incompetentes y con una capacidad de gestión pésima.
Naturalmente que esto no son los hechos, sino mi interpretación personal de los hechos.
Saludos