El presidente argentino,
Javier Milei, se saltó la voluntad de la Cámara de Senadores para anunciar este martes
la designación por decreto de dos jueces en la Corte Suprema.
"Habiendo transcurrido casi un año desde el momento en que el presidente, haciendo uso de su facultad, decidió nominar a ambos candidatos, la Cámara Alta debió haber prestado acuerdo a los candidatos propuestos por el Poder Ejecutivo", acusó la Oficina del Presidente en un comunicado.
La queja del líder libertario tiene que ver con que el Senado no aprobó ni rechazó aún los pliegos de
Ariel Lijo y
Manuel García Mansilla, propuestos por el gobierno hace nueve meses.
La nominación de Lijo, un juez federal altamente politizado y conocido por mover las causas judiciales al calor de la temperatura política, generó un amplio rechazo entre sus propios colegas de profesión, en tanto que García Mansilla, un respetado catedrático de Derecho Constituciuonal, coincide con Milei en temas de fondo como la restricción del aborto.