Dos films sobre la 2ª guerra mundial que están narrados desde la perspectiva alemana.
El primero de ellos es “Le Silence de la Mer” (El Silencio del Mar) del maravilloso y muy subestimado director frances Jean-Pierre Melville. Fue su primer largometraje - del año 49 – lo que me deja impresionado. Está basado en una pequeña novela de Vercors, un pseudónimo bajo el que se escondía el escritor Jean Bruller para escribir sobre todo historias de fantasía y ciencia ficción.
La historia versa sobre un oficial alemán que es alojado en una casa de un pequeño pueblo francés durante la ocupación habitada por un jubilado y su joven nieta. Este oficial es un espíritu refinado y un idealista, compositor de música por oficio y un amante de la cultura francesa. Los ocupantes de la vivienda le brindan una gélida acogida, una especie de resistencia pasiva caracterizada por un silencio e indiferencia absoluta ante su presencia. El oficial por el contrario se conduce con una extraordinaria sensibilidad, con una consideración y respeto conmovedora. Tras su jornada regresa por la tarde y pasa al salón donde invariablemente la joven nieta continua incansable su labor tejedora y el abuelo fuma en pipa mientras lee algún diario o libro. La presencia de este extraño no les perturba lo más mínimo, ni tan siquiera le saludan o le despiden cuando regresa a su alcoba. Este sargento quiere confraternizar y se sumerge en continuos soliloquios sobre la cultura francesa y su amor por sus escritores y pensadores, por su aportación a la cultura universal y su contraste con la cultura alemana a la que él ve como un contrapunto musical a este diálogo (remarcable su reflexión sobre la música de Bach). Este hombre, envuelto en el ostracismo de una sensibilidad extraordinaria es a su vez un iluso que piensa que la guerra puede servir para hermanar a ambos países hasta que se da cuenta que la barbarie y el totalitarismo del régimen nacionalsocialista solo está interesado en la destrucción de cualquier cultura no germana y opta por abandonar la retaguardia y alistarse en el frente de batalla. Este anuncio provoca un efecto tremendo en el abuelo y la nieta.
Me parece una película extraordinaria y una de las mejores reflexiones humanísticas sobre la guerra, los sentimientos y las terribles repercusiones que tiene en la gente. Rodada de una forma tan escueta como efectiva y una puesta en escena casi minimalista donde la acción transcurre principalmente en una pequeña habitación donde solo habla un personaje, casi podría representarse como una obra teatral.
Imprescindible
La segunda es un film alemán llamado “Die Brücke” (El Puente) de un director alemán del que no conozco gran cosa, Bernhard Wicki. La historia está basada en una novela que se sitúa en una pequeña población germana en el año 45, justo en la debacle del ejercito nazi donde son llamados a filas los estudiantes, adolescentes y casi niños para defender el territorio ante el avance de las fuerzas rusas y aliadas. En este caso su misión es defender un puente clave para detener la invasión.
Una página más para engrosar la historia de la infamia universal.
Saludos