Otra de esas obras del western inclasificables que se mueven en territorios desconocidos y fronterizos, Yellow Sky (Cielo Amarillo), una película del año 48 de ese genio absoluto y muy desconocido llamado Willam A. Wellman, también autor de otro western descomunal y tan innovador como este llamado “The Ox-Bow incident” realizado unos años antes. Quizás la mejor definición es llamarlo Western espectral pero creo que tal definición no describe con precisión todas las características de esta obra. Terror, desesperación, deseo, ambición, locura, maldad, redención mezclados y narrados con un estilo minimalista y con un tono sicológico tan profundo como denso. Sin tener nada que ver formalmente me recuerda al libro de Juan Rulfo “El Llano en Llamas”, ambos prendados de un realismo mágico. La película es de una perfección tal que no se puede encontrar una forma de trasladar esta obra a ningún otro medio sin cambiarla sustancialmente o dejarte cosas en el camino. Uno puede encontrar elementos e influencias de esta obra en otras películas como “El Tesoro de Sierra Madre” de John Houston o en “El Jinete Pálido” de Eastwood.

El plantel es extraordinario, un joven Gregory Peck en una de sus primeras películas en Hollywood, un Richard Widmark que demuestra el porqué puede haber sido el actor que mejor ha interpretado la maldad humana en una pantalla y una inconmensurable Anne Baxter en un papel increíble, junto a un grupo de secundarios maravillosos.

La fotografía es de las quitan el sentido, de esas que te hacen preguntarte si realmente fue un avance la introducción del color en el cine. Las escenas del desierto de sal y el duelo entre sombras en la cantina son verdaderas referencias cinematográficas.



Saludos