Wichita (aquí Wichita, Ciudad sin Ley) de Jacques Tourneur del año 55. Quizás el mejor Western de Tourneur (junto a Grand Canyon), filmado en un inabarcable Cinemascope que te dan ganas de poner tres pantallas seguidas de 77" para reforzar la sensación de inmersión. Una historia con más enjundia de lo que parece superficialmente, filmada con la transparencia y elegancia que distingue a este director. El mítico Wyat Earp antes de llegar a Dodge City se detiene en Wichita buscando establecerse como hombre de negocios, ciudad que se encuentra en plena efervescencia como polo de negocios del ganado gracias a la llegada del ferrocarril. La ciudad, una especie de parque de atracciones para los vaqueros y vendedores de ganado que transportan sus reses, whisky, mujeres, salones, peleas y balaceras son el pan de cada día, consentidos y en cierta forma fomentados por los factotum de la ciudad que lo consienten como un precio a pagar por la atracción que ejerce sobre el "turismo". Sin embargo buscan reforzar un poco el orden mediante la incorporación de un nuevo sheriff que pueda ser manejado. Ahí entra Wyatt en una tirante relación sobre la interpretación de la ley hasta que matan al mismísimo Michael Jackson, lo que provoca un cisma irremisible entre los poderes fácticos y el marshall.
Uno de los más inteligentes alegatos contra las armas en un género que se sustenta en las armas, cristalizadas en el cartel de bienvenida a la ciudad (Everything Goes - Todo Permitido) pasa a ser (Armas Prohibidas).
Una maravilla
Saludos