He visto muchisimas peliculas en donde al salir de la sala te queda un gusto de satisfacción enorme (y muchas más de todo lo contrario). Me refiero a peliculas con alma, ya sean por su argumento, su realización o por ser una obra maestra. Pero en muy pocas ocasiones he salido de una sala de cine en estado de extasis, con la sensación de haber visto (y vivido) algo completamente distinto a todo lo demas hecho hasta la fecha, algo que te mete tanto en ella que no quieres que acabe nunca. Tan pocas como son Terminator 2, Parque Jurásico, Avatar y...Gravity.

Las secuencias que vemos en esta maravilla de film simplemente jamás se han visto en una pantalla de cine, genera tanta angustia y tanto vértigo que realmente llegas a sudar en la butaca (id a verla en 3D porque vais a alucinar, desde Avatar no se habia visto un 3D tan bueno, superando a esta inclusive, hasta el punto que no tiene sentido verla si no es en este formato). Pero no solo consigue creernos que estamos flotando literalmente en el espacio y crearnos esas sensacines, sino que en apartado emocional saca matricula de honor porque desde el principio Sandra Bullock se amplifica hasta lograr un notable impacto, erigiéndose como el verdadero corazón de la película por encima de toda la pirotecnia digital. Estoy hablando sin lugar a dudas del renacer de esta actriz en todos los sentidos. Aunque ya había demostrado en títulos como Crash que podía ser más que actriz de comedia romántica, no es hasta Gravity cuando deja bien claro que se ha convertido en una gran actriz que se echa a sus espaldas todo el peso de la película con un trabajo físico y psíquico espectacular.

Y que decir de los planos secuencia del maestro Cuarón, solo pueden calificarse como fuera de serie. Gravity pasará, sin duda, al Olímpo de las películas del siglo XXI, incluso voy un paso más allá diciendo que cambia la forma de entender el cine de este siglo gracias a su forma de capturar y meter al espectador (literalmente) en ese transbordador y de hacernos vivir una experiencia tan extrema que nos mantiene sin respiración durante la hora y media de metraje.

Gracias Alfonso Cuarón. Muchisimas gracias.