Cita Iniciado por Albert Dirac Ver mensaje
Soy muy aficionado a las películas que Fred Astaire y Ginger Rogers rodaron para la RKO durante los años 30. Naturalmente, se trata de banalidades, pero son banalidades tan bien elaboradas, y que se van engarzando de forma casi invisible unas con otras, que acaban por formar un conjunto brillante, una inyección de optimismo y buenas sensaciones.

Hay muchos pasajes estupendos, pero tal vez mi favorito es una escena de "Sigamos la flota", donde Astaire y Rogers están acompañados por la irresistible música de Irving Berlin, y nos proporcionan un magnífico ejemplo cinematográfico del concepto romano de carpe diem:

En plena gran depresión uno solo podía fantasear con estas películas. Entre ver las uvas de la ira y una de Fred & Ginger no había color. Yo recuerdo que este hombre me parecía un auténtico lechugino (hey, le gustaban a mis padres) hasta que un día me fije un poco y me quede anonadado.

Me tranquilizó saber con los años que tras su fallecimiento, procedieron a su autopsia y descubrieron que no era humano como muchos sospechábamos. Por corazón encontraron una especie de metrónomo y por dentro estaba hueco, lleno de gases nobles y muy volátiles.

A mi me provoca una sensación como la de Sam Cooke cantando, como si te quitaran de la espalda un saco de patatas y desaparecieran todos los problemas.

Saludos