Estoy seguro de que si no se le hubiera dado tantas vueltas al asunto la cosa sería mucho más sencilla. Desde luego si yo fuera el vendedor no me haría ninguna gracia después de ajustar tanto el precio y al final tener que tragar con una devolución por el detalle de la pantalla. Después para facilitar el "buen rollo" que ya hay resulta que como eres tan bueno le propones comprar otro modelo pero nada menos que al precio que tú quieres "para que no se queden con las manos vacías" y claro no es de extrañar que no esté de acuerdo...

Imaginemos que todo el mundo hiciera lo mismo. Va otro y después de marearlo con el precio (vete por ejemplo a ECI a marear con el precio a ver qué te dicen) lo compra pero resulta que no le gusta el tacto de la rueda del volúmen, a otro no le gusta porque el color del aparato es un pelín más oscuro de lo que pensaba y a otro no le gusta porque la toma de corriente está en mal sitio. Yo entiendo que el consumidor tiene derecho a devolver el producto pero coño, seamos serios, hay razones y razones. Es que entonces se tendrían que devolver infinidad de artículos porque siempre va a haber algún detalle que no nos guste, y así iríamos comprando y devolviendo, comprando y devolviendo hasta por fin dar con uno perfecto (si es que al final existe el modelo perfecto cosa que dudo). Yo creo que a la larga, al final esta actitud nos perjudica a todos.