Quizás la "época dorada" del HiFi no dependa tanto de las marcas o del mercado como de nosotros mismos. Para el que descubre su primer buen equipo, esa es su edad de oro particular. Para el que optimiza sala y cajas, lo dorado es notar cómo cambia todo con un par de ajustes. Y para el que vuelve de una feria y piensa ‘¡qué bien suena lo mío!’, la edad de oro empieza al abrir la puerta de su salón.

Lo bonito de esta "nueva etapa" es que, por primera vez en décadas, conviven los grandes fabricantes con marcas emergentes que ofrecen calidad a precios antes impensables. Y gracias a eso ya no hace falta hipotecarse ni ser víctima de la marquitis para tener un sonido de primera. Digamos que vivimos en la época dorada de la diversidad y el acceso.
Saludos,