Nos han acompañado durante muchos años pero ya es hora de decirles adiós. LG ha decidido definitivamente dejar de producir televisores con tecnología de plasma debido al poco apoyo que estaban teniendo tanto de las empresas audiovisuales, como de los propios consumidores en general. Hace un par de años, las pantallas de plasma eran las auténticas reinas del mercado doméstico. Proporcionaban una calidad realmente buena y una reproducción de los colores más “natural” que sus sucesoras. De esta forma, se entendió que la vida comercial de estos televisores iba a ser bastante larga.

Pero nada más lejos de la realidad. La tecnología LCD empezó pisando fuerte y se implementó sobre todo en televisores de diagonal más pequeña, mientras que los de plasma se utilizaron en pantallas más panorámicas y grandes. Eso sí, con un precio mucho más elevado. Esta diferencia económica, junto a la posibilidad de que los paneles interiores de las TV de plasma se pudiesen quemar (en los primeros modelos), y un consumo energético muy superior, produjo que la demanda de las LCD subiese como la espuma.

En los últimos años, las ventas de televisores de plasma cayeron en picado y solo acapararon un 5% de cuota de mercado. Además, con la reciente tecnología OLED, su futuro ya no es muy esperanzador. Pioneer, Samsung, Panasonic, y por último la citada LG han decidido no fabricarlas más.

De una forma u otra, seguro que los televisores de plasma perdurarán en la memoria de muchos usuarios. ¿No creéis?