En cierto modo tienes razón, pero ya entramos en maravilloso mundo de las subvenciones y demás opciones. Y ese caldo de cultivo es tremendamente peligroso ya que entramos en temas muy peculiares.
En mi opinión no daba subvenciones a casi nada, o al menos a nada que no tuviera un retorno claro y medible para la sociedad y desde luego perfectamente auditado. Regalar dinero no creo que fomente nada bueno.