Una de las mayores preocupaciones en un viaje a Estados Unidos es saber, precisamente, si habrá problemas para entrar en el país. Los férreos controles policiales, las preguntas que pueden llegar a ‘violar’ la privacidad de las personas, la necesidad de un visado (salvo para los europeos si van a estar menos de tres meses) y el tener que decir los lugares de estancia durante el viaje son pasos ineludibles para pasar la aduana americana. A esto, además, se une ahora el tener que ‘fichar’ por Internet con 48 horas de antelación
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http://www.elconfidencial.com/cache/...ro_cabeza.html

visto el estado cochambroso del dólar, comparado con nuestro sólido euro, había yo pensado en visitar la nueva york esa del woody allen (antes chistoso y ahora plagiario: véase esa cosa de match point y compárese con aquella maravilla de stevens, un lugar en el sol), pero como que me lo estoy pensando, que de aquí a poco van a acabar como el urólogo —uróloga en mi caso— metiéndote un dedo en el culo y preguntándote con cara de ministra de industria:
—qué, ¿le duele?
—pues mire —contesté yo—, si fuera usted mi chica, le diría que no, que siga; pero siendo que no es el caso y que yo he venido aquí por un dolor a la altura del apéndice, pues no se me ocurre qué contestarle
—ah —dijo ella
y hasta hoy
y como que no me veo repitiendo la experiencia con un bigotudo oriundo de ohio, pues casi que voy a aparcar la idea, que me da que no va a ser lo mismo, o peor, pueden suscitarse celos

propicios