Escenarios posibles
El caldo de cultivo de un nacionalismo excluyente y violento, no obstante, se encuentra en un pequeño núcleo del independentismo. Uno de los dirigentes (y administrador de varios foros en las redes sociales) enviaba esta semana un mensaje inquietante a sus correligionarios preparándolos para las semanas venideras. En esa comunicación, planteaba dos escenarios políticos posibles.
El primer escenario es que "el Govern da un ultimátum al Gobierno del Reino, ofreciendo un referéndum pactado, con pregunta binaria. Este ultimátum ha de ser corto: 90 días o 120, pero no mucho más. El Reino acepta y volvemos a votar, con supervisión de la ONU. Si ganamos, somos Estado. Este escenario es el menos probable, dado que el Reino no cederá ni para votar".
Lo inquietante, pues, es el segundo escenario: “El Gobierno del Reino se niega ni siquiera a contemplar la opción 1 y, por lo tanto, Cataluña tira adelante unilateralmente. Entre tanto, Llarena dictará 20 años de prisión para todos los rehenes y habremos de decidir (si todavía formamos parte del Reino) si queremos desobedecer y liberarlos. Si los liberamos, o hacemos afectiva la Declaración [de independencia proclamada en el Parlament], será el detonante de la parte más mala: nos intentarán aplicar el 155 otra vez, o peor, estado de sitio, por ejemplo. Y los ciudadanos recibiremos [golpes] de los 'piolines' o de los soldados, o de ambos. Algunos de los nuestros morirán. Posiblemente, decenas. Posiblemente, centenares. Cuando haya muerto suficiente gente, la UE y la ONU intervendrán por fin y acabarán imponiendo el escenario 1”. A partir de ahí, añade, el pueblo catalán ganará, "pero nada nos vendrá, ni para bueno ni para malo, sin acción y determinación por parte del Govern. Y eso ha de comenzar ya, diciéndonos a la cara qué se propone y cuáles son los riesgos. Las camisetas de color coral [las de la Diada] se han acabado. Ahora toca política y contundencia".