1 Razón objetiva.
Las películas se codifican en 4:2:0, de ahí antes de llegar a RGB, hay que pasar por 4:2:2, 4:4:4 y finalmente realizar la conversión de 4:4:4 a RGB.
Si tú envías la señal en 4:4:4 primero habrás de hacer 4:2:0 a 4:2:2, con lo cual habremos realizado dos procesos, y al final la tele hará la habitual conversión a RGB. Eso nos da un total de tres procesos matemáticamente inevitables 4.2.0 >4.2.2>4.4.4>RGB. Sin embargo, las teles que son dispositivos de vídeo, en el 99% de los casos esperan 4.2.2 porque están así diseñadas y esperan una señal de entrada 4.2.2 porque internamente trabajan de esa forma, por tanto, si enviamos 4.4.4 la tele volverá a 4.2.2 para realizar internamente todo el número de pasos, así que enviando 4.2.2, que es lo que espera la tele internamente, reduciremos el número de pasos, y cuantos menos pasos mejor, para evitar errores de decodificacion de color y de redondeo.
De todas formas no me gusta meterme en estos debates porque al final me resultan tan absurdos como infructíferos, así que lo mejor es que la peña lo ponga como mejor le parezca.
Y ahora piensa en una cosa. Este tema es un tema de más efecto placebo que otra cosa porque las diferencias de las que hablamos son muy, pero que muy pequeñas, y en muchas situaciones imposibles de detectar por el ojo humano, y aquí hay gente que defiende las diferencias visibles en este tema, y a la vez no ven ni quieren ver las diferencias importantes entre SDR vs HDR, 4K vs FHD, 10 Bits vs 8 Bits y DCI P3 vs REC.709, argumentando que todo es folklore, cuentos, etc
Mejor tomárselo a risa, pero a los hechos me remito.