Cita Iniciado por Damepan Ver mensaje
Ains qué tiempos te ha tocado vivir.. antes estaba todo mejor atado.
Sé fuerte
¿Atado? La impresión general es que quienes parecen querer dejar todo muy atado son los dirigentes indepes y su congregación de fieles.

Y cuando hablo en dichos términos no lo hago en sentido figurado si no literal, dado el grado de cariz pseudo religioso de dicho movimiento.

La impresión es que el nacionalismo catalán ha derivado en religión, donde los feligreses marchan en procesión adorando a un Dios llamado nacionalismo, y donde la fe suplanta a la razón. Es imposible hacer entender a un creyente que Dios no existe.

El independentismo no admite que sea rebatido de ningún modo, como cualquier otra confesión de fe. No valen razones, ni argumentos bien fundamentados, ni siquiera obviedades que sean ajenas al mundo propio del 'procés' y han de venerarse todos los símbolos de dicha fe, llámense esteladas o lazos amarillos.

La sociedad debe de venerarlos y rendir tributo a estos símbolos. Si estos símbolos son personas, debe de imitarlos y, si llegará la hora, ser comprensiva con sus debilidades porque no pueden cometer errores, aunque sea por meter la mano en la caja, porque eso es simplemente defender Cataluña y lo que la diferencia del resto de España.

Los símbolos y mitos no pueden corromperse, no tienen que rendir cuentas y atacar, criticar o ridiculizar a cualquiera de ellos es atacar Cataluña.

Los nacionalistas no pueden admitir ningún comentario irreverente sobre su identidad ya que son una "familia". No critican ni permiten que nadie critique nada de aquello que ellos entienden que hace parte de lo que los identifica y tienen la necesidad imperiosa de magnificar sus diferencias, reales o imaginarias, para reforzar su cohesión interna y defenderse de los ataques de quienes consideran "sus enemigos", es decir, todo aquel que no piense como ellos.

Se ríen y ridiculizan los símbolos españoles pero bajo ningún concepto permiten que nadie se ría, ridiculice o ponga en duda los catalanes.

Los escritores e intelectuales que se han atrevido a hacerlo se han ido o los han echado de Cataluña.

Los nacionalistas, si leen algo a sabiendas de que está en contra de su manera de pensar, lo hacen exclusivamente para denigrarlo no para confrontar las ideas, porque saben que en ningún caso su ideario sobreviviría a una confrontación intelectual seria, por lo que solo queda el camino de la fe religiosa e inquebrantable del dogma

Intentan ver el mundo desde sólo un punto de vista, aunque tal vez se trata de un simple caso de intolerancia e incompatibilidad con el pensamiento libre.

Y es difícil hacer pedagogía cuando los radicales religioso-independentistas no ven, no escuchan ni leen más medios de comunicación que el suyo.

Esto me lleva a la pregunta sobre cual es el grado de fanatismo entre el independentismo.

El fanatismo es una exaltación y entrega apasionada y desmedida a una idea o a unas convicciones consideradas como absolutas y que, por ello, hay que imponerlas a los demás por cualquier medio.

El fanático es terco y obcecado, intolerante y agresivo, rígido e incapaz de dialogar, con una visión distorsionada de la realidad y una radicalidad ideológica muy intensa.

El fanático cree poseer la verdad de manera tajante y afirma tener todas las respuestas y, en consecuencia, no necesita seguir buscando respuestas porque sus creencias no se lo permiten.

Esa visión absolutista es mas que evidente en las intervenciones publicas de los dirigentes independentistas.

Y llegados a este punto, queda claro quienes aplauden alegre y enfervorizadamente a esos dirigentes que se saltan las leyes y que dicen bien alto que piensan seguir saltándoselas.