
Iniciado por
El_Empecinado
Y ya que hablamos tanto de etiquetas, permitámonos una breve reflexión.
Resulta curioso, cuando no llamativo, que en España, democracia europea que a distnto de otras, no existe un partido de extrema derecha con representación parlamentaria, y sin embargo es donde a más ciudadanos se les etiqueta a diario de fascistas.
En el resto de Europa, donde en algunos casos la representación parlamentaria de extrema derecha no es precisamente menor, no se considera que sean países fascistas, sin embargo es precisamente en España donde parece que se ha alcanzado el cénit: todos los ciudadanos son susceptibles de ser tildados de fascistas menos los nacionalistas y la izquierda radical que les apoya.
Si cualquier extranjero viene a España por primera vez y lee ciertos periódicos y lo que se dice en redes sociales temblara ante la perspectiva de un país lleno de fascistas.
Esa probable que a priori no llegue a la conclusión de que es el resultado de una legión de insultones, sabios de bar y cobardes anónimos que adjudican a diario centenares de veces ese calificativo a todo aquel que no piense como el a falta de otros argumentos.
Para esa aborregada minoría que hace tiempo que lucha por decir que PP y Ciudadanos son igual a fascismo y franquismo, nos encontramos ahora con que se amplia dicho concepto a fiscales, periodistas, concejales, cantantes, jueces, empresarios, deportistas… A todo aquel que sea discrepante.
Solo tienen bula por muy sonoros que sean los rebuznos, los independentistas y la izquierda que grita Visca Catalunya lliure i sobirana!
Ellos y solo ellos tienen el derecho, frívolo totalmente, de repartir carnés de fascista.
Y como no les resulta suficiente podemos ver en redes y medios añadir adjetivos floridos a las victimas de su odio como “fascista de mierda”, “escoria fascista”, “traidor fascista”, etc.
Cuando hasta al propio Serrat se le ha llamado fascista por sus criticas, ¿Qué se puede esperar?
Por mi parte no espero que por obra de algún milagro divino esos ruidosos sectores minoritarios cambien tan borreguiles principios propios de otras épocas que creíamos olvidadas, pero si espero, y no solo espero, si no que estoy plenamente convencido, que quienes creen que los principios mas básicos de la libertad y la democracia pueden ser quebrantados por la fuerza ayudándose de insultos, mentiras, provocaciones e intimidación, pagaran y muy caro su soberbia e ignorancia ante la justicia.
Un saludo a todos.