la objeción fiscal está mal vista, y yo no veo la razón

no me vale el argumento sentimental de que los servicios se vienen abajo, los ancianitos se nos desperdigan, las carreteras se embarran y el personal se vuelve cimarrón; por lo mismo, a un objetor militar se le podría cargar encima con los desastres de un invasión improbable, o con el saqueo del país a manos de una banda de tarados sin domicilio fijo

lo cierto es que, discursos aparte, nadie paga impuestos por su propia voluntad, de manera que si ésta fuese la única razón para hacerlo, los tinglados estatales se irían al carajo en menos de una trimestral del iva

sanidad, pensiones, transporte y otros por el estilo no son, ni mucho menos, beneficios inalcanzables caso de venirse abajo el sistema actual, porque el sistema actual, a los que ahora cotizamos, no nos garantiza nada, excepto el saqueo feroz en favor de mantener los privilegios de una casta política corrupta, asesina, ladrona e imbécil

las víctimas y los desasistidos no son los viejecitos ni los enfermos, seremos nosotros, lo somos ya, una generación expoliada materialmente y extorsionada psicológicamente bajo pretexto de garantizar pensiones que no recibirá, asistencia médica que no recibirá, educación que no recibirá

en semejantes condiciones, si pagar impuestos se convierte en mera obscenidad, hacerlo alegremente es un prueba de degeneración moral y estética

cualquiera que eche la historia para atrás considera justa la rebelión de un campesino a quien la nobleza, mediante la amenaza física, y la iglesia, mediante la amenaza moral, saqueaban hasta la inanición; los primeros, a cambio, garantizaban la seguridad física, los segundos, no sé que milonga post mortal

hoy ambos gremios confluyen en uno; los impuestos han sido revestidos con un gran manto de valores morales, de manera que se paga por seguridad y por conciencia, y se paga todo al mismo recaudador

pero yo no veo diferencias entre aquella nobleza y esta caterva, ni en sus recibos ni en sus contraprestaciones

propicios