Todas las comparaciones entre una epidemia como la COVID y la gripe estacional son totalmente erróneas e irrelevantes.
Al principio de la epidemia hicieron muchísimo daño, cuando se repetía hasta la saciedad en los medios de comunicación, y por figuras de relevancia política, que esto es "una gripe".
No lo es, y después de un año y medio, uno pensaría que ese error no se volvería a repetir. Pero el hombre es el único animal que tropieza dos veces en la misma piedra.
El que la vacunación sea o no obligatoria para la COVID (algo que es muy difícil, prácticamente imposible en España, con nuestro marco legal), no tiene nada que ver con la gripe estacional. Cualquier argumento que mencione la gripe estacional en relación con la COVID, es como la ley de Godwin para los nazis.
La epidemia de COVID, causada por un coronavirus, sí puede ser comparable a epidemias de gripe, y las medidas a adoptar, muy parecidas. No es el caso actualmente, por suerte no hacemos frente a ninguna epidemia de gripe.
Ahora afrontamos la sexta ola y tenemos que ser inteligentes con las medidas a aplicar. No perder el tiempo en debates que no van a ninguna parte, como el de la vacunación obligatoria, seguir con la campaña para vacunar a los no vacunados
que quieran hacerlo, o sus padres quieren que lo hagan si son menores; administrar la tercera dosis
a quien quiera recibirla; autorizar y emplear los nuevos antivirales; medidas de restricción que sean lo menos dañinas posible para la economía, incluyendo un pasaporte COVID para realizar determinadas actividades que no vulnere los derechos fundamentales del individuo y bajo control de la justicia; conforme sigue subiendo la tasa de infección, controlar el crecimiento de hospitalizaciones, ingresos en UCI y muertes,...
Pero nada, a seguir enfrascados en debates esencialistas que no van a ningún lado.