El secesionismo no es delito. Lo que es delito, por ejemplo, es perseguir la secesión de una parte del territorio español por medios no legales, e inconstitucionales. Es perfectamente posible defender la secesión de Andalucía, sin ir más lejos, mediante una reforma constitucional que la ampare.

De hecho, tenemos partidos secesionistas (independentistas) legales desde la transición.