La sensibilidad es la presión sonora que produce un altavoz con una señal de 2,83 voltios de tensión (o 1 vatio de potencia a 8 Ohm), medida a un metro de distancia del eje principal, y se expresa en decibelios.

A mayor sensibilidad tendrás más presión sonora con la misma potencia. Y, atento, como los decibélios son una unidad logarítmica y no lineal, cada aumento de 3 dB supone duplicar la presión sonora, por lo que un altavoz de 89 dB de sensibilidad dará el doble de presión sonora que uno de 86 dB con la misma potencia.