Ahí es donde quería llegar, que al final lo que estáis diciendo es que la grabadora es el juez. Prevalece sobre la escucha in situ a la hora de evaluar. Sin grabar no hay cueva pero después de grabar resulta que sí la hay, había autoengaño.
Yo creo que la valoración del sonido (lo que sea, sala, equipo, etc) tiene que ser siempre in situ.