Así concluye un juez tras investigar la muerte en 2003
Las tropas de EEUU ejecutaron a un periodista británico en Irak de un tiro en la cabeza
El Plural
Las tropas de los Estados Unidos ejecutaron, de un disparo en la cabeza, al periodista británico de la cadena ITN, Terry Lloyd, durante los primeros días de la Guerra de Irak, en 2003. Así concluyó ayer un juez de distrito de Reino Unido. El asesinato de este periodista, que cubría por libre la invasión estadounidense de Irak, se suma a otras muchas muertes no denunciadas y a más asesinatos de periodistas sobre los que no se ha hecho aún justicia, entre ellos, el caso del español José Couso.
Los hechos ocurrieron cuando el periodista británico, acompañado de dos cámaras y un intérprete, se dirigía a la ciudad de Basora. Dicho grupo se encontraba cerca de un puente cuando comenzó un fuego cruzado entre soldados estadounidenses e iraquíes. Lloyd recibió un primer disparo de bala por parte de los iraquíes, pero del que hubiera podido sobrevivir con el tratamiento adecuado.
EEUU, por si acaso
El periodista fue puesto en un minibús para ser trasladado a un hospital, pero entonces recibió un tiro en la cabeza por parte de los Marines estadounidenses. Del grupo de cuatro sólo consta que haya sobrevivido uno de los cámaras.
Un "crimen de guerra"
El Sindicato Nacional de Periodistas ha calificado su muerte de "crimen de guerra". El responsable de la organización, Paul McLaughlin, ha pedido a las autoridades que presenten cargos contra los soldados estadounidenses relacionados con esta muerte. Por su parte el juez, Andrew Walker, ha anunciado que se investigará la posibilidad de presentar cargos formales contra los responsables de su muerte.
El recuerdo de Couso
Resulta difícil no relacionar este trágico acontecimiento con el de la muerte del cámara de Telecinco, José Couso. El reportero falleció como consecuencia del ataque de las tropas estadounidenses al Hotel Palestina, en el que se encontraba trabajando junto a otros periodistas. El archivo del caso en 2006 ha permitido que Thomas Gibson, quien comandaba a los soldados que atentaron contra el hotel, no haya tenido que asumir un crimen similar al que acabó con la vida de Terry Lloyd.