pero no, rrusell, no hay nada personal en la apreciación :

, aunque sí, si quieres, un cierto cabreo general con aquello en lo que se gastan el dinero los gobiernos, siendo así la cosa, que yo, y los míos, y los que son como yo, y los suyos, que viven tranquilamente emparejados, no son lesbianos, ni macarras, ni puteros ni ladrones, ni roban coches ni violan transeúntes, que más o menos trabajan en lo que pueden y salen adelante de aquella manera, que es la suya, pues que ni la hora, oiga
ya me decía el otro día la moza de escándalo que si nos divorciábamos, que en divorciándonos, acusándome ella de tenerla pequeña y confesando yo que me van los culos en pompa, pero peludos y con badajo, pues eso, subvención al canto, internet de gorra, noches de hotel gratuitas, clases de tenis impartidas por el ayuntamiento pàra relajación y encuentros (esto no es broma)
coño, que la caridad bien entendida empieza por uno mismo, y yo voy a acabar pensando -en realidad, hace mucho tiempo que lo creo- que nos dedicamos a salvar al prójimo para no tener que enfrentarnos a nuestra propia vergüenza
propicios